A partir del enfoque del Desarrollo Evolutivo, durante la etapa escolar los/as niños/as entre 7 y 11 años de edad, interactúan con el mundo que les rodea desde la “etapa de las operaciones concretas”.
Esfera Cognitivo-Conductual:
Se aprecia que disminuye gradualmente el pensamiento egocéntrico, al tiempo que incrementa la capacidad de razonamiento lógico, acerca del mundo que ha percibido con sus sentidos (Piaget, 1972 en Philip Rice, 1997; Muñoz A., s/f;).
Gracias a esta mayor capacidad de razonamiento, se espera en los/as niños/as, la adquisición de la “permanencia en la identidad y la diferenciación entre características anatómicas -estables e incambiables- y de rol -sociales y cambiantes-…. Cuando un menor sabe que tiene una identidad para siempre, que no depende de su voluntad y que ésta se fundamenta en las características de su cuerpo y no del rol social asignado” (Junta de Andalucía; 1999, p.20).
Esfera Afectiva:
Dada la significación que la escuela de educación primaria tiene para los/as niños/as, a nivel emocional-social, se desarrolla un proceso de mayor adquisición de independencia, seguridad y autonomía; debido a la transición del entorno muchas veces más protegido en el hogar y/o maternal, al entorno más expuesto en el colegio. Lugar que ofrece una gran apertura a las novedades.
En esta época, pese a los múltiples deberes académicos y a la mayor socialización, las conductas sexuales lejos de desaparecer se manifiestan mediante juegos y apuestas, en los cuales, el “perder”, trae como consecuencia una multa de “hacer cosas” tales como: `gritar algo´, `quitarse algo de encima´, `besar a alguien´, `mostrar la ropa íntima´, etc. Juegos que frecuentemente preocupan a los/as chicos/as respecto de su identidad de género; al ir formándose el “Criterio” o capacidad importante para el equilibrio mental de los individuos. El “¿Por qué?” del funcionamiento de las cosas durante la etapa preescolar, comienza a volverse el “¿Por qué?” del cuestionamiento y de la validez de las explicaciones más complejas y abstractas.
Expresividad Sexual Infantil: Educación Primaria o Escolar.
Durante los primeros años de la etapa escolar, niños y niñas parecen estar más alejados/as que nunca debido a la asimilación de los estereotipos sexuales. Por lo que es preciso fomentar desde el preescolar o educación inicial, que las diferencias entre unos y otras no se interpreten como desventaja o ventaja ni como inferioridad o superioridad.
A partir del constructo sexológico de la Variante Fisiológica del Sexo y su Función, valoramos que los/as niños/as durante esta etapa, se encuentran experimentando el Período Indiferenciado (0 a 8/10/12 años) de su funcionamiento sexual, y en la antesala de pasar al inicio del Período de Transición (8/10/12 a 18/21 años); fase de sus vidas en la cual, su condición para funcionar sexualmente (aspecto biológico) sigue reinando, aún y cuando va desarrollándose cada vez más su capacidad de aprender a discriminar la función sexual (aspecto biopsicosocial), vale decir, su actividad sexual condicionada de acuerdo con lo inculcado desde el modelo sociocultural de su contexto de crianza.
- En el hogar: con los modelos, mensajes e imágenes en radio, televisión e Internet.
- En la escuela o el colegio: con lo expresado por un sinfín de amigos/as, compañeros/as de clases y maestros/as claves.
- En la calle: con los puestos de revistas y sus exhibiciones o en los cibercafés (locutorios) con su promoción y espacio de oportunidad de fácil acceso al mundo virtual.
Esto, aunado al creciente uso/abuso de telefonía móvil con navegabilidad y conexión a las diversas redes sociales desde temprana edad. Lo anterior no puede dejar de lado, el inadvertido pero permanente ejemplo de actitud y conducta sexual, emitida por parte de los padres y las madres en el seno de la propia interacción familiar cotidiana.
¿Cómo Vivimos los Cambios de la Pre-Pubertad de Hijos e Hijas?
La anterior descripción ilustra el motivo de consulta de una madre primeriza y divorciada de 35 años, cuya hija de 9 años, se autoestimulaba con alta frecuencia en casa y eventualmente en clases. Luego de un par de sesiones psico-evaluativas con ambas, se encontró que la madre de forma sobreprotectora, mantuvo a la niña durmiendo con ella en la misma cama hasta las 8 años de edad; momento en el cual recibió en la escuela una charla de “Independencia en los hijos”, que le permitió ver que aquello era imprudente. Explorando su propia historia sexual, la madre reveló que en sus noches de insomnio por estrés laboral o económico, recurría a masturbarse para relajarse y dormirse de nuevo, verbalizando `…con mucho cuidado de no moverme, confiada de que la niña dormía profundamente´…, `alguna vez ya grandecita me llegó a preguntar si en la noche no podía dormir y, sin mucho ahondar le respondí que un poco pero que logre calmarme y dormir´. La niña, presentaba estrés adaptativo, en primer lugar por el cambio a su habitación privada, experimentando ansiedad y temor nocturno. En segundo lugar ante exigencias de la nueva actividad deportiva vespertina (gimnasia) y su respectivo uniforme -maya- de licra de nylon, con el que permanecía una vez ya en casa hasta llegada la noche, experimentando sudor y picor: `… yo a veces me rasco porque me pica mucho después de gimnasia y en la noche me toco porque así calmo mi susto de dormir sola´… `¿tú sabes que hace tiempo mi mamá también lo hacía para dormir?´…. `A veces me siento mal porque otras veces no me pica o no estoy asustada y también lo hago…, de verdad son unas cosquillas muy fuertes…. No quiero que mamá se moleste conmigo.´
La niña aprendió a conocer y discriminar las causas de sus sensaciones. En interconsulta con ginecóloga infantojuvenil se siguieron recomendaciones de tratamiento por leve infección genitourinaria: higiene genital adecuada, de adelante hacia atrás y, vestimenta más apropiada (pantaletas o bragas y leggins) de 100% algodón, que soporta bien la humedad, provee suficiente ventilación y es antibacteriano. Asimismo, con apoyo de estrategias de imaginación emotiva, relajación y reforzamiento positivo, logró apropiarse de su habitación, mejorando así los hábitos de dormir. De acuerdo a su interés progresivo, se ofreció también charla lúdica sobre la pubertad y la adolescencia a nivel grupal. Por su parte, la madre comenzó a trabajar sus propios asuntos sexuales y del ánimo, entrando a grupo de apoyo emocional para mujeres, en el cual pudo ir re-aprendiendo estrategias de educación sexual efectiva para sí misma y para su hija.
El autoerotismo de los/as pre-púberes, se sitúa en un contexto de evolución sexual que le va conduciendo de forma progresiva a la plena madurez de la vinculación y del amor, a la plena actividad sexual orientada a la relación con otra persona.
Para abordar adecuadamente tal expresividad sexual infantil, madres, padres y educadores, precisamos antes que preocuparnos, ocuparnos de conocer el origen y el mantenimiento de las conductas sexuales manifiestas en los/as niños/as. Para ello, resulta útil valerse de herramientas que faciliten la observación y el registro de la frecuencia y la motivación de la conducta de autoestimulación sexual, la cual podría manifestarse por: (a) curiosidad; (b) placer o (c) imitación.
Si por autoexploración corporal, el niño o la niña descubre por azar que acariciarse sus genitales genera de forma refleja una respuesta placentera y de activación de su placer sexual, sin duda, pasará de la curiosidad al placer y, muy probablemente posteriormente procure repetir dicha actividad gratificante de autoestimulación (masturbación).
Si por el contrario, el niño o la niña se halla expuesto de forma directa (cercanía interpersonal) o indirecta (material gráfico impreso o audiovisual) a la conducta de autoestimulación genital por parte de un tercero (niño, niña, adolescente, adulto o adulta); eventualmente ocurrirá que la conducta aprendida por observación, sea más adelante conducta manifiesta por imitación, con los resultados igualmente satisfactorios dadas las características y motivaciones anteriormente señaladas pero con las secuelas asociadas a la erotización precoz y la consecuente contradicción o autoinculpación. Si este es el caso, de forma preventiva, es preciso evaluar la posibilidad de comportamiento sexualmente abusivo frente al niño, la niña o pre-púber.
Por otro lado, existen conductas infantiles de tocamiento genital que podemos confundir con autoestimulación sexual y es, cuando por situaciones distintas a la curiosidad, al placer o a la imitación; el niño, la niña o pre-púber, lleva a veces con alta frecuencia las manos a sus genitales externos, por dentro o fuera de la ropa. Puede tratarse entonces, de irritaciones o picores generadas por infecciones menores que provocan la conducta de “rascarse” más no a la conducta de “masturbarse”. Situación que requiere de la evaluación y el tratamiento médico pertinente y oportuno.
Descartada la posibilidad de afección local y su respectivo tratamiento médico, como adultos/as, debemos comprender que el castigo o la censura de las conductas de autoexploración y autoestimulación por la vía de amenazas, reproches o golpes, crea sentimientos de culpabilidad, vergüenza y una concepción negativa de la sexualidad. La cual se internaliza como algo malo, sucio y peligroso que hay que ocultar.
López, Del Campo y Guijo (1997), realizaron una investigación sobre sexualidad antes de la pubertad en la cual cientos de padres y educadores reportaron las siguientes conductas sexuales en sus hijos, hijas, alumnos y alumnas menores de 11 años: (1) Hacer preguntas; (2) Hacer comentarios; (3) Participar en juegos; (4) Tocarse los genitales delante de los demás; (5) Tocarse los genitales cuando cree estar solo; (6) Masturbarse con la mano; (7) Masturbarse con objeto; (8) Ver zonas sexuales de otros; (9) Decir palabras de contenido sexual; (10) Tocar los pechos; (11) Tocar los genitales; (12) Mostrar genitales a niños; (13) Mostrar genitales a adultos; (14) Imitar con juguetes conductas sexuales; (15) Imitar besos; (16) Imitar coito; (17) Caricias con niño; (18) Caricias con niña; (19) Intentos coito; (20) Seducir niño; (21) Seducir niña; (22) Excitación sexual; (23) Enamorarse de niño; (24) Enamorarse de niña y (25) Interés por la pornografía. (Junta de Andalucía, 1999).
Reconociendo la expresividad sexual tanto de niños y niñas más pequeños, como de pre-púberes, es fundamental diferenciar la masturbación ocasional que comprende una aspecto normal del desarrollo psicosexual, de la masturbación excesiva que constituye un indicador de algún problema que se canaliza de ese modo, y que se puede convertir en la única forma de obtener satisfacciones, afectos o logros, generando abandono o evitación de otras conductas como jugar, estudiar, relacionarse con los demás o salir a pasear, entre otras.
Previniendo el Abuso Sexual Infantil: Cuidándoles, Creyéndoles y Apoyándoles.
Igualmente cuando la autoestimulación no es motivada por el placer propio del autoerotismo, sino por la ansiedad ocasionada por muchas otras causas provocadoras de persistencia, es indicativa de una sintomatología que expresa una situación conflictiva que el niño o la niña necesita superar.
Si la autoestimulación es de forma sistemática para escapar de la frustración o el dolor emocional, de vivir quizá en una familia abusiva/autoritaria, pueden surgir problemas, entre ellos, conducir a un patrón de compulsividad sexual que dure toda la vida: tratando toda situación dolorosa mediante la descarga sexual (Zoldbrod A., 2000).
En muchos casos las actividades autoeróticas compulsivas infantiles o juveniles, reflejan que un adulto, adulta o alguien mayor, se vale de su status o poder para ejercer abuso sexual infantil, el cual, es mantenido en secreto por la víctima, debido a multiplicidad de factores, entre ellos, el asombro, el temor o la amenaza e incluso seducción o manipulación de parte del victimario/abusador. En este sentido, es importante sensibilizarnos ante estas posibles realidades, que pueden afectar a niños y niñas, validando la importancia de la búsqueda de una evaluación y una intervención multidisciplinaria que permita la detección temprana y/o el tratamiento clínico pertinente, así como el acompañamiento legal de rigor. Ello, con el fin de contribuir con la prevención, la detención y la erradicación del abuso sexual infantil, que durante tantos años ha ocasionado perturbaciones para la salud sexual, la salud física y la salud mental de muchas personas alrededor del mundo.
Madres, padres y docentes debemos estar atentas y atentos, ya que la masturbación compulsiva, las caricias buco-genitales, las conductas sexualmente seductoras, los conocimientos sexuales impropios de la edad y las agresiones sexuales a otros niños o niñas; representan indicadores sexuales de experiencias de abuso sexual, aunado a otros indicadores no sexuales entre ellos: somatizaciones y regresiones, en niños y niñas en edad preescolar, así como reacciones psicosomáticas, baja autoestima, problemas escolares, trastornos emocionales, del sueño, la alimentación y la eliminación (enuresis o encopresis), en chicos y chicas en edad escolar (López, F. y Del Campo, A., 1997).
Resulta imperioso, que los/as adultos/as claves, manejemos información sexual veraz, identificando factores de riesgo de abuso sexual, desarrollando habilidades de detección, reacción y comunicación efectiva ante situaciones que muestren sus indicadores. Al mismo tiempo, es necesario que dominemos herramientas que faciliten en hijos, hijas, alumnos y alumnas: la construcción de una sexualidad armónica, positiva, responsable, gratificante y saludable.
Más allá del conocimiento puramente biológico de la sexualidad, madres, padres y cuidadores debemos centrarnos en ejes tales como: vínculos, identidad sexual y de género, relaciones interpersonales, curiosidades y riesgos; para brindar una educación sexual que conciba la sexualidad como expresión de la comunicación humana y fuente de salud, placer y afectividad; facilitadora de una convivencia de igualdad de trato y oportunidades, libre de discriminaciones y de problemas sexuales.
Si para lo anterior se perciben obstáculos en el ejercicio de la maternidad y la paternidad responsables, protectoras, afectivas y efectivas, en menoscabo del adecuado desarrollo de los/as hijos/as; es valioso reconocer que la mayoría de las veces esto fue originado en la propia crianza llena de mitos y tabúes sexuales, que marcó desconfianza y temor sobre los temas sexuales. Si este fuese el caso, una vez más, la invitación es reflexionar al respecto y ocuparnos mediante apoyo profesional psicológico y sexológico, que facilite desaprender y/o romper aquello que no es de utilidad, o que peor aún, resulta en perjuicio propio o ajeno. Así entonces, poder re-aprender y reprogramar nuestros pensamientos, emociones y comportamientos, a favor de una mejor calidad de vida afectiva y sexual para con nosotros/as mismos/as y para nuestros niños, niñas y adolescentes.
Cómo citar este artículo:
Guzmán, I. (24 de agosto de 2016). Desarrollo Psicosexual II, de 7 a 11 años. grupoambos.com https://grupoambos.com/desarrollo-psicosexual-ii-7-11-anos/
IDHALY GUZMÁN autora de este artículo es Psicóloga General Sanitaria por la Universidad Europea de Valencia. Estudió el grado en Psicología mención Salud en la UNED. Previamente Licenciada en Psicología Clínica por la Universidad Central de Venezuela y Máster en Sexología por el CIPPSV.
Es especialista en el manejo cognitivo-conductual de trastornos sexuales, ansiedad, estrés, depresión y trauma por violencia sexual y de género. Facilitadora de programas psicoeducativos para la salud y métodos de relajación integral y creativa.
Fuentes Consultadas:
http://www.grupoambos.com/articulos/educacion-y-familia/158-educacion-sexual-padres-madres-hijos
http://asoambos.blogspot.com.es/2013/08/abuso-sexual-infantil-respuestas-claves.html
Junta de Andalucía (1999): Educación Afectivo-Sexual en la Educación Infantil. Guía para el profesorado. Consulta Online: http://www.juntadeandalucia.es/institutodelamujer/catalogo/doc/iam/1999/82_guia_profesorado.pdf
Philip Rice (1997): Desarrollo Humano. Estudio del Ciclo Vital. Editorial Prentice-Hall Hispanoamericana S.A. México.
Zoldbrod A. (2000): Sexo Inteligente. Editorial Paidós. Barcelona. España.
Créditos:
– Niña y niño en columpio por Artist and zabiyaka en https://pixabay.com/
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