La Menopausia representa para la vida de las mujeres una etapa de cambios biológicos, psicológicos, sexuales y sociales, que ya desde 1981 un grupo científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1981), definía como el cese permanente de las menstruaciones espontáneas, posterior a 12 meses consecutivos en ausencia de menstruaciones (amenorrea) sin causas patológicas (OMS, 1994).
Climaterio y Plenitud Sexual de las Mujeres.
Como antesala, las mujeres experimentan el Climaterio que médicamente ha sido clasificado en varias fases: Perimenopausia o alrededor de la menopausia, que inicia con las primeras alteraciones en los ciclos menstruales (más cortos a más largos) y que termina 12 meses más tarde del último sangrado menstrual, momento que marca la Menopausia y con ello la disminución de la actividad de los ovarios (folículos y estrógenos) así como de la función sexual reproductiva. La edad media en que suele ocurrir este cambio es a los 51 años aproximadamente, y el período de transición a ella, puede darse hasta 4 años antes. Posteriormente, las mujeres siguen su vida en medio de una serie de cambios fisiológicos y físicos durante los siguientes 5 años o fase de Posmenopausia temprana, cursando con la pérdida de la masa ósea y los síntomas vasomotores (AEEM,2017).
Aunque iniciando la década de los 80´ los científicos de la OMS investigadores de la menopausia, discutían si existía un síndrome conformado por síntomas y dolencias físicas y psicológicas; en la actualidad tomando en cuenta la diversidad de mujeres, personalidad, culturas, modelos de educación sexual y protocolos de evaluación y atención profesional, se conoce que en algunas regiones muchas mujeres presentan síntomas y malestar de intensidad variada, mientras que en otras localidades menos mujeres los manifiestan, otras los niegan y, algunas celebran la nueva etapa. De cualquier manera se ha reconocido que la no producción de estrógenos, haría que el sistema nervioso vegetativo se tornara más irritable, ocasionando las molestias que más manifiestan muchas mujeres, entre tales: sofocos, sudoraciones nocturnas, taquicardias, insomnio, cefaleas y sequedad vaginal; así como padecimientos asociados entre ellos: hipertensión, sobrepeso, artrosis, osteoporosis y dolores crónicos.
En definitiva, la menopausia constituye un proceso normal, natural y no una enfermedad y, las creencias “mitos o realidades” en torno a ella, serán determinantes en la forma que las mujeres han de vivirla, en contra o a favor del sostenimiento de su salud sexual integral y de su calidad de vida relacionada con la salud general. Asociado a esto, el impacto psicológico en pensamientos, emociones o conductas, y su respectivo reajuste, será la clave para vivir la menopausia constructivamente.
Cuando la mujer ha tenido un pobre acceso a información y educación sexual, siendo un tema tabú y cargado de mitos tanto en su grupo familiar de origen como en su grupos sociales referentes (formación, trabajo, etc.), entonces con mayor probabilidad vivirá la menopausia de forma estresante y enfermiza, con pensamientos negativos tales como: “encima esto”, “se me acabó la juventud”, “ya que más da”, “una vieja ya”, “no tengo más que aportar”, “qué atractivo voy a tener con tanta queja”, “con razón nos insultan de menopáusicas”, “ni yo misma me soporto”. En consecuencia, experimentará emociones aflictivas como miedo, ansiedad, enojo y tristeza, las cuales la desequilibrarán y desgastarán, intensificando el malestar inicial por los cambios biológicos.
En entornos negativos, la mujer desarrolla una actitud de rechazo a su dimensión sexual en general y a la menopausia en particular, etapa ésta en la cual se asume enferma o en rápido deterioro, con trastornos ansiosos y depresivos que la colocarán en situación de riesgo para su salud mental y física, más propensa a la evitación o al aislamiento social, más vulnerable a la discordia de pareja y a la violencia de género.
Por el contrario, cuando la mujer ha adquirido conocimientos sexuales científicos, gracias a una educación sexual integral en etapas previas (infancia, adolescencia, juventud temprana, etc.), entonces con mayor facilidad vivirá la menopausia de forma relajada y constructiva, con pensamientos positivos tales como: “estoy en mi segundo desarrollo o adolescencia”, “inicia una nueva fase para mí”, “más intimidad y vitalidad”, “sin temores ni excusas para disfrutar ahora mis relaciones sexuales”, “no más anticonceptivos”. Como resultado, experimentará emociones placenteras como calma, alegría y humor, las cuales permitirán una adaptación creativa y saludable, empoderándola del bienestar, previniendo, aliviando y superando con mayor rapidez los síntomas iniciales por los cambios biológicos.
En este escenario la mujer acepta con optimismo la menopausia y considera más plena su expresividad afectivo-sexual, sin temor a cambios, embarazos no planificados o rechazo, gozando de actitud positiva hacia una nueva vida, no fértil para la procreación y la maternidad, pero si fecunda, para la producción de acciones enriquecedoras de un estilo de vida sano y feliz. Lo anterior, incluso para la mujer que por proyecto de vida profesional pospuso su momento de ser madre y pese a la menopausia, logra su embarazo y maternidad a edad madura. Esto, gracias a la previa preservación (congelación) de sus óvulos durante su etapa más reproductiva (hacia los 30), o gracias a otras alternativas derivadas de los avances científicos y jurídicos en constante evolución.
¿Qué Considerar para Vivir la Menopausia Constructivamente?
- Adoptar la actitud optimista de bienvenida a la Menopausia como una etapa más de la vida. Después de ella, continúa una larga vida, digna de ser vivida con plenitud, es decir, con mayor salud, calidad y disfrute, gracias a las experiencias acumuladas y la sabiduría lograda, moldeando día a día la personalidad y la inteligencia al servicio del máximo bienestar integral: físico, mental, emocional, sexual y social.
- Acudir a consulta profesional ginecológica, endocrinológica, psicológica y sexológica. Evaluando tempranamente cualquier trastorno o enfermedad y previniendo complicaciones, mediante el inicio oportuno del tratamiento apropiado. Entre los problemas de salud a considerar se encuentran:(a) Dermatitis Vulvo-Vaginales; (b) Osteoporosis; (c) Depresión; (d) Ansiedad y (e) Disfunciones Sexuales Femeninas del Deseo, Excitación, Orgasmo o Satisfacción.
- Practicar de 30 a 60 minutos diarios ejercicio físico con regularidad. Previniendo los riesgos del sedentarismo sobre la salud, gracias a la incorporación del movimiento consciente como fuente de vitalidad y bienestar. En este punto, cabe reconocer las recomendaciones de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), acerca de los beneficios del ejercicio físico: (a) Mejora la función cognitiva de las mujeres de mediana edad, reduciendo el riesgo de padecer Alzheimer; (b) Tiene un impacto positivo sobre problemas psicológicos como la ansiedad o la depresión; (c) Mejora la calidad del sueño y, (d) Hace que las mujeres tengan una percepción menos grave de sus síntomas.
- Participar en grupos psicoeducativos y sexoeducativos para mujeres. Compartiendo experiencias y actividades potenciadoras de habilidades y hábitos saludables: (a) Derribar mitos y falacias aprendidas socioculturalmente y que predisponen a la vivencia conflictiva de la menopausia; (b) Promover la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres, mediante la defensa de los Derechos Humanos, entre ellos, los Sexuales-Reproductivos; (c) Hacer círculos de lectura científica reflexiva sobre temas que contribuyan con la gestión positiva de la menopausia; (d) Nutrir el autoconocimiento, la autoconfianza y el autocuidado de la salud integral, mediante la ayuda mutua fomentada en el grupo, con la libertad de expresarse sin temor a ser juzgadas; (e) Replantear metas y proyectos de vida y, (f) Crear nuevos vínculos sociales, recreativos y ocupacionales.
- Participar en programas terapéuticos cognitivo-conductuales. Rediseñando planes protectores de la salud psicológica: (a) Implementación y seguimiento de planes de intervención para disminuir hábitos tóxicos como el abuso de alcohol, tabaco y sustancias psicoactivas; (b) Implementación y seguimiento de planes de alimentación consciente y logro del peso corporal idóneo; (c) Entrenamiento en técnicas de respiración consciente, relajación integral y meditación de la atención plena, para la regulación emocional y la gestión del estrés.
- Practicar otras actividades idóneas como terapias complementarias. Entre éstas, Tai Chi o Chi Kung para la salud, la vitalidad, la claridad mental y la longevidad que brindan mucho beneficio en el restablecimiento del equilibrio a través de la estimulación integral de la mente y el cuerpo, mediante suaves y dinámicos movimientos.
- Disfrutar del tiempo libre a solas o en compañía de amistades. Agradeciendo y celebrando las oportunidades de la vida, haciendo cosas que se postergaron debido a los múltiples roles ejercidos en la juventud temprana y mediana; redescubriendo nuevos intereses y pasiones, aprendiendo nuevas destrezas, afianzando habilidades.
- Potenciar su placer sexual. Multiplicando la inteligencia sexual individual o con la pareja si la tuviera, ya que el bienestar sexual es importante para la salud sexual, mental y física de la mujer adulta mayor. Es de destacar, la recomendación de la Sociedad Internacional para el Estudio de la Salud Sexual de la Mujer (ISSWSH), de prevenir, diagnosticar y tratar los dos síntomas más frecuentes del Síndrome Genitourinario de la Menopausia (SGM), como la sequedad vaginal y la dispareunia o dolor, ya que pueden significar cambios resultantes o agravantes de disfunción sexual femenina y, disfunción del suelo pélvico. Por ello, el uso de lubricantes y humectantes vaginales suelen sugerirse para la actividad sexual. Ésta, muy beneficiosa cuanto más frecuente (Revista Colombiana de Menopausia, 2016).
Sea que se lleven a cabo todas o algunas de las consideraciones previas, el mensaje central es que cada mujer, valorando su individualidad, pueda entenderse dueña de sí misma y superarse a sí misma, redimensionando el significado de la menopausia y de la vida que ha de venir, validando una distinta y nueva fecundidad: re-crear un estilo de vida plena con energía, placer y felicidad.
Cómo citar este artículo:
Guzmán, I. (24 de agosto de 2016). Menopausia, Mujer en Vida Plena. grupoambos.com. https://grupoambos.com/menopausia-mujer-vida-plena/
IDHALY GUZMÁN autora de este artículo es Psicóloga General Sanitaria por la Universidad Europea de Valencia. Estudió el grado en Psicología mención Salud en la UNED. Previamente Licenciada en Psicología Clínica por la Universidad Central de Venezuela y Máster en Sexología por el CIPPSV.
Es especialista en el manejo cognitivo-conductual de trastornos sexuales, ansiedad, estrés, depresión y trauma por violencia sexual y de género. Facilitadora de programas psicoeducativos para la salud y métodos de relajación integral y creativa.
Fuentes Consultadas:
http://www.aeem.es/documentos/menoguias/MENOGUIA%20EJERCICIO%20FISICO.pdf
Créditos:
– Mujer activa ejercicio por PublicDomainPictures en https://pixabay.com/
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